viernes, 17 de agosto de 2007

Incentivando el transporte público

Con el intento de llevar mis convicciones a la práctica decidí el pasado día 15 asistir al cine con mi mujer y mis hijos en transporte público. Siempre he pensado que tanto para el día a día en mis traslados al trabajo como en los casos eventuales de ocio con mi familia es necesario hacer uso de los transportes públicos, ya no solo para evitar los incómodos atascos y las dificultades de aparcamiento, si no evidentemente, para intentar aportar mi granito de arena en los intentos de disminuir la contaminación y gasto energético en un mundo al que ya le queda poco margen de soportabilidad ambiental, y además educar en esas mismas convicciones. Así que, haciendo uso del nuevo transporte público recientemente inaugurado en mi localidad madrileña, Pozuelo de Alarcón, pretendí demostrar a mis congéneres lo cómodo y divertido que resulta asistir a cualquier sitio en un medio de transporte tan rápido, barato, silencioso y limpio como lo es un tren ligero, metro ligero, tranvía o como lo quieran denominar.
Para empezar, la adquisición de los pertinentes billetes, resultó un poco mas frustrante de lo necesario, ya que las taquillas de esta nueva versión del metro además de ser automáticas (sin personal alguno a sus alrededores) no admite billetes y además no devuelve cambio, así que se ha de insertar el importe exacto en monedas… 4 personas, 4 euros. Cual es mi sorpresa al confirmar el itinerario, que para llegar desde la estación “Avenida de Europa” hasta la estación de destino “Ciudad del Cine” hemos de hacer un trasbordo dentro de la red de metro ligero, de la línea ml2 a la línea ml3 recorriendo 10 estaciones de la primera línea y otras 3 de la segunda, y que para poder utilizar la segunda, esto es la ml3 hemos de abonar un nuevo billete cada uno… 4 € mas. Total 8 € para llegar a los cines Kinépolis, los cuales se encuentran a 7 minutos en coche desde la puerta de mi casa.
Una vez iniciada la marcha hacia nuestro destino, comprobamos que nuestro medio de transporte efectivamente es limpio… pero no rápido ni silencioso, vamos que entre chirridos, pitidos, acelerones y frenazos conseguimos llegar en unos 25 minutos a Colonia Jardín, lugar donde se hace el trasbordo pertinente, y tras ver como se iba el tren ligero ml3 sin esperar a los viajeros que bajábamos del tren ligero ml2, decidimos comprar los nuevos 4 billetes para este tramo y esperar al siguiente (los días festivos tienen una frecuencia de 15 minutos).
Tras 48 minutos de viaje, nos encontramos frente al Kinépolis, con 8 euros menos, pero con la conciencia de haber cumplido con nuestro objetivo. Llegar al cine en familia y hacer lo mejor para nuestro medio ambiente, dejar el coche en casa. Indicar además que tras oír un mensaje por la megafonía del lugar, el cual decía, “por mejoras en la red de metro ligero, les informamos que la línea ml3 cerrará a las 23 horas hasta el 28 de agosto, disculpen las molestias..." ¡Que mejoras, por Dios! Si lo han inaugurado hace 2 semanas… Bueno… Volveremos en taxi… (Tras enterarme también de que hay un billete combinado que te sirve para un solo viaje entre la línea ml2 y ml3 que sale por 1,75€, volver en tren ligero nos habría valido 7 € mas... Total 15 Euros, aunque teniendo en cuenta que no devuelve cambio, pagar 1,75€ por billete, es complicado).
Señora Aguirre: Yo no se si usted se ha dado cuenta de esto, pero si una familia de 4 miembros, decide ir al cine en transporte público (concretamente en el transporte público estrella de su legislatura, mostrada como la panacea en inversión social a bombo y platillo), a un lugar que se encuentra a 7 minutos en coche desde la puerta de su casa y se tarda casi 50 minutos y cuesta 14 Euros… y sin facilidades para pagarlos… Acabe usted la frase.

Voy a ir a verme el video de Al Gore “Una verdad incómoda” unas 4 ó 5 veces mas para concienciarme mucho mas y seguir creyendo en el transporte público, porque usted hace bastante poco para que así lo haga. Porque para usar sus medios de transporte públicos hay que tener mucho tiempo y dinero.

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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Viviendo-un suponer pues quiza sea mas apropiado decir residiendo- resulta que desde hace 20 años aproximadamente en Prado de Somosaguas, el transporte público durante este lapso"temporal,siempre ha sido algo para usar por quien no tenga vehiculo privado ni problema de reloj,eso sin dejar de resñar el carácter monopolista del contrato privado que para tal "transporte público" la empresa autobuses llorente ha estado capitalizano.Por cierto que lo digo sin animadversion o sin acritud que no conozco autocares que expulsen tanto humo negro en sus tubos de escape como los de llorente.Ahora con lo del metro ligero que a ver si lo pruebo hoy,en teoria la gente que vive en Somosaguas ya no está marginada con respecto a los de Madrid en poder tener transporte publico hasta el Campus Complutense en Somosaguas pues, durante mucho tiempo, lo mejor situado que el monopolio llorente te dejaba, era en Húmera, pasaba cada nisesabe minutos lo cual que era mejor para tardar menos ir andando o corriendo-lástima que en la Faku no había ducha- asi un@ hasta se podia planificar el entrenamiento...Juajuajua!!!rafa.

29 ago 2007, 12:51:00  
Blogger Enrique Fidel said...

La próxima vez que lo intentes, "si no tienes el importe exacto" !NO PAGUES¡.
En efecto, no se puede pretender vender una obra pública como la quintaesencia de los lógros políticos de una ambiciosa señora ansiosa de poder, poniendo dificultades y "penalizando" el uso de ese bien que tanto publicitan sus órganos de gestión comunitarios. El problema será, imagino, la explotación privada del servicio. Así es muy fácil crear servicios públicos ciudadanos. "El quelo quiera usar que lo pague -como las autopistas de peaje- y si no que se vayan andando o en coche". Luego haré ver públicamente mi interés por facilitarle la vida a la gente y a pedir el voto. Mucha cara dura es lo que hay.

10 sept 2007, 12:04:00  

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