Cafres
Y esta vez este calificativo va mas allá de los 200 descerebrados que sobran en todos los campos de fútbol. Y es que es absurdo que los dueños y dirigentes de los Clubes de cualquier tipo de deporte se comporten como tal y sean, sin ningún tipo de dudas los alentadores y promotores de este tipo de actitudes en los polideportivos y estadios de España.
Si desde los estamentos dirigentes nos comportamos como auténticos instigadores de enfrentamientos que van mas allá de correr con una pelotita entre las piernas con la única intención de meter el balón entre 3 palos para que todos nos pongamos muy contentos, los aficionados de bien nos daremos cuenta de que estamos ante un problema lo suficientemente grave como para plantearnos si realmente no es contraproducente este tipo de eventos, este tipo de entidades y este tipo de dirigentes.
Por favor, eliminen a esta gente de los eventos deportivos. Tanto a los que pagan sus entradas para desatar su ira contra personas que se limitan a ver un espectáculo o a hacer su trabajo, como a los que se las cobran y les preparan el terreno lo suficientemente encendido y propicio para desatar la violencia, poniendo el nombre de sus entidades por encima de la integridad física de sus aficionados y de sus trabajadores. Busquen una fórmula, hagan un examen de sensatez para optar a la dirección, presidencia o posesión de cualquier tipo de estamento deportivo. Pero no permitan que el mismo tipo de gente que hay que eliminar de las gradas, se sienten en los palcos de estas entidades. O entonces llámenlo de otra manera: circo romano, campo de batalla, centro de hostilidades… o como quieran ustedes llamarlo. Pero déjenlo suficientemente claro para que a los que nos gusta el deporte dejemos de interesarnos por ustedes y sus entidades.
Si desde los estamentos dirigentes nos comportamos como auténticos instigadores de enfrentamientos que van mas allá de correr con una pelotita entre las piernas con la única intención de meter el balón entre 3 palos para que todos nos pongamos muy contentos, los aficionados de bien nos daremos cuenta de que estamos ante un problema lo suficientemente grave como para plantearnos si realmente no es contraproducente este tipo de eventos, este tipo de entidades y este tipo de dirigentes.
Por favor, eliminen a esta gente de los eventos deportivos. Tanto a los que pagan sus entradas para desatar su ira contra personas que se limitan a ver un espectáculo o a hacer su trabajo, como a los que se las cobran y les preparan el terreno lo suficientemente encendido y propicio para desatar la violencia, poniendo el nombre de sus entidades por encima de la integridad física de sus aficionados y de sus trabajadores. Busquen una fórmula, hagan un examen de sensatez para optar a la dirección, presidencia o posesión de cualquier tipo de estamento deportivo. Pero no permitan que el mismo tipo de gente que hay que eliminar de las gradas, se sienten en los palcos de estas entidades. O entonces llámenlo de otra manera: circo romano, campo de batalla, centro de hostilidades… o como quieran ustedes llamarlo. Pero déjenlo suficientemente claro para que a los que nos gusta el deporte dejemos de interesarnos por ustedes y sus entidades.
Etiquetas: Sociedad
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