miércoles, 24 de mayo de 2006

Un cuento: "La salamanquesa y las arañas."


Edita, era una salamanquesa algo desprendida, estaba todo el día pensando en regalar, y además no en regalar cualquier cosa, siempre se preocupaba por conseguir que el regalo fuera ostentoso y petulante. Ella compartía la pared con infinidad de arañas, que incomprensiblemente, no la temían en absoluto, muy al contrario, mantenían una relación bastante cordial. Una de ellas, Emilie, siempre estaba tejiendo y tejiendo para tener la telaraña mas grande y fructífera de la pared de vez en cuando dejaba alguna mariposa o mosca atrapada para que Edita pudiera comérsela sin necesidad de cazarla, a cambio, esta, evitaba pasar por su terreno para no estropear el laborioso tejido de Emilie.
Luego teníamos a Erica, una araña muy competente, que siempre intentaba mantener el orden de la pared entre las arañas para que ninguna de ellas se excediera en lo que a terreno se refiere, aunque con Emilie tenía que hacer una pequeña excepción ya que, esta poseía el favor de nuestra salamanquesa.
Un día Edita decidió regalarle a Emilie unos bonitos pétalos de rosa para que esta se esmerase mas en la elaboración de la telaraña que reservaba para su alimento, y claro Emilie, que siempre pensaba en mejorar, la dijo que esto solo podría ser si Edita ejercía mas presión sobre el resto de las arañas y especialmente sobre Erica, la gobernanta, para que la dejase ocupar mas espacios en la pared, para así, tener mas posibilidades de cazar y así compartir mas fácilmente su alimento con la salamanquesa. Así que Edita, una noche de luna llena se paseo por la pared advirtiendo a todas las arañas que dejasen mas sitio a Emilie para que siguiera creciendo sus dominios y propiciar la alimentación de Edita para que esta en vez de preocuparse de buscar su comida, se dedicase a regalar mas cositas al resto de las arañas, y además regalaría las mas lujosas a Erica. Por lo que Erica no dudo ni un momento en hacer campaña por las dos y convenció a todas de dejar crecer a la mas ambiciosa de las arañas.
Todo parecía ir bien hasta que el resto de las arañas se empezaron a dar cuenta de que aunque los regalos de Edita eran cada vez mas lujosos sus telarañas eran tan cortitas y estrechas que prácticamente no atrapaban nada a lo largo del día, por lo que estaban llenas de regalitos pero la comida no ocupaba ni el 0,1 % de sus estancias, por lo que estaban cada vez mas débiles. Así que acudieron a Erica para que pensase algo para solucionar esto. Sin embargo Erica estaba tan cómoda con sus regalos lujosos que no se dio cuenta de que no comía demasiado y tardó tanto en pensar una solución que las arañas de la pared fueron muriendo una tras otra hasta solo quedar Emilie Y Erica. Fue entonces cuando Erica se dio cuenta de la desgracia y se enfado tanto tanto y unido a que estaba muerta de hambre, que en la mañana de un día nublado, se acercó a Emilie por detrás y ¡“Zas”! se la comió, y claro para recuperar fuerzas se comió todas las moscas, mariposas, avispas y cucarachas que tenía atrapadas Emilie en su gigantesca telaraña, incluidas las que reservaba a Edita para que esta no tuviera que cazar. Precisamente en la tarde del mismo día nublado, Edita se paso por su trozo de telaraña y al no ver alimento alguno y a Erica engordada tumbada sobre una esquina… Plufff, sacó la lengua y se la engulló. Cuando se quiso dar cuenta la salamanquesa Edita estaba sola, sin arañas, no tenía ya a quien regalar… entonces cogió sus cositas y se fue, a otra pared supongo… Por que yo ya no le he visto mas.
Crojoes.